lunes, 3 de junio de 2019

Protegiendo tu alma


PRÓLOGO
Midgar es una ciudad metálica, fría y oscura. A Través de las ventanas de las casas no entra la luz del sol ni tampoco se ve el cielo. El aire que se respira está viciado y lleno de contaminación. Por más que miras al cielo no ves las estrellas, ni las nubes. Nada. No puedes ver nada.
Así es vivir bajo Midgar. Ni siquiera la lluvia es capaz de calar el grosor de placa. La gente vive enterrados en vida, pero tampoco no tienen otro lugar al que ir.
Es una ciudad circular amurallada y está dividida por sectores. Justo en el medio de la ciudad hay una enorme estructura y bajo de ella vive la población más pobre. Por encima la gente de alto nivel, disfrutan del día,  de la noche, del sol y de la lluvia es capaz de mojar nuestros rostros.
La estructura central tiene forma de humanoide; tiene dos enormes focos frontales que simulan los ojos. Unos ojos sinietros que observan a la ciudadanía.
Cuando alzas la cabeza para mirar la estructura humanoide, casi puedes partirte el cuello. Mide casi 800 metros y otros tantos de anchura. Pero no hay que temer a la estructura sino lo que contiene sus entrañas.
La ciudad  es controlada por Shinra S.A, la compañía más poderosa de electricidad, la cual hace  y deshace lo que quiere. El presidente es el dueño del mundo.